Se estima que entre el 20 y el 30% de la población mundial padece algún tipo de alergia. Una de las más frecuentes es la alergia al polen, que a menudo cursa con conjuntivitis alérgica. Los signos más frecuentes son: quemosis e inyección conjuntival, secreción acuosa e hinchazón de párpados. Es muy importante en estos casos introducir buenos hábitos en el cuidado ocular: limpiar e hidratar los ojos es fundamental. Proponemos una rutina en 3 pasos para conseguir los mejores resultados.
El ácido hialurónico se ha vuelto muy popular y se ha convertido en una sustancia que forma parte de productos de todo tipo.
La realidad es que no se trata solo de un producto del marketing. Es un humectante muy conocido y respetado por los científicos y con extraordinarias cualidades para cuidar los ojos.
Cuanto más viscosa es una lágrima, más tiempo permanece en el ojo. Esto es una ventaja para las personas que padecen síntomas agudos y duraderos de sequedad ocular como picor, escozor, visión borrosa, lagrimeo.
A menudo las gotas más viscosas resultan incómodas porque producen visión borrosa, por eso se suele indicar que se utilicen por la noche.
El reto en la fabricación de gotas para la sequedad ocular es conseguir una sustancia viscosa, pero que sea muy cómoda de aplicar y que no produzca visión borrosa, o sea que proporcione una sensación agradable y se pueda usar tanto de día como de noche.
El ácido hialurónico está presente en el cuerpo humano (sobre todo en la piel, las articulaciones y el ojo), en algunos animales (como conejos y bovinos) y en algunas bacterias y algas. Sin embargo no se encuentra en hongos, plantas o insectos.
A pesar de su amplia presencia en la naturaleza, es una sustancia extraordinaria que se usa desde hace años en la elaboración de gotas humectantes para tratar la sequedad ocular.
No todos los ácidos hialurónicos son iguales, pues ciertas características como el peso molecular o la pureza determinan gran parte de sus propiedades. También la concentración juega un papel muy importante e influye en el resultado final del producto.
La miopía es un defecto visual que afecta cada vez a más personas en el mundo. Es importante detectarla y tratarla cuanto antes porque, si no se pone remedio, aumenta de manera progresiva y puede originar problemas oculares muy graves.
Las lentes de ortoqueratología, cuya adaptación se hace en ópticas y en clínicas oftalmológicas, constituyen una opción muy interesante para frenar el avance de la miopía. Se trata de unas lentes que se colocan en los ojos al irse a dormir por la noche y se retiran por la mañana al despertar. Es imprescindible aplicar gotas humectantes durante su uso para facilitar el funcionamiento y el manipulado de las lentes y para mejorar la hidratación del ojo. No todas las gotas son iguales y conviene saber qué opción es la más adecuada.
La sequedad ocular es una enfermedad que afecta a una parte importante de la población y que en un 50% de los casos no está diagnosticada.
En su estadio más leve el paciente convive a menudo con las molestias, sin saber que existen remedios muy útiles para conseguir un alivio inmediato. En los casos más graves se trata de una enfermedad que puede ser muy limitante.
En el último informe DEWS del TFOS del año 2017 se dieron a conocer los tratamientos disponibles en el mercado para tratar esta patología y una de las propuestas más interesantes consiste en utilizar dos humectantes en una formulación de lágrima artificial para mejorar la sintomatología del paciente de ojo seco.